En el año 2019, la Unión Europea, siguiendo el acuerdo de París, firma el European Green Deal, por el que Europa se compromete a ser un continente “carbon neutral” en el año 2050. Cualquier actividad que se desarrolle en cualquier país de la UE deberá ser neutra en emisiones de CO2, también la construcción y operación de edificios, incluyendo los edificios de oficinas.

En este texto se aborda una estrategia para llegar a este objetivo realmente ambicioso que incluye el diseño, construcción y operación de edificios de oficinas “carbon neutral”. Oficinas cuya construcción, operación y futura deconstrucción no generá gases de efecto invernadero, medidos en unidades de CO2.

El diseño de las oficinas está en continua evolución para adaptarse a los nuevos requerimientos tanto normativos como de adecuación a las nuevas formas de trabajo. Podemos identificar algunas tendencias claras en varios niveles diferentes:

– En cuanto a la propia organización de estos, la tendencia más evidente es la del aumento del teletrabajo y la posible no necesidad de superficie de oficina que se ocupaba antes de la pandemia.

– Sobre el propio diseño de las zonas de oficinas, la tendencia es hacia los espacios abiertos y el “hot desking, buscando una mayor flexibilidad e incrementando el confort, tanto en materiales como la calidad ambiental interior (iluminación, confort térmico y acústico).

– En un tercer nivel estaría el incremento de la seguridad operativa de las oficinas, buscando la seguridad de ocupantes y equipos.

Finalmente, continua la búsqueda de una mayor eficiencia y productividad en la operativa de las oficinas: eficiencia energética, incorporación decidida de tecnología de gestión (lo que entendemos como “oficina smart” ligada a la certificación SMARTSCORE Y WIREDSCORE) y reconocimiento de la sostenibilidad ambiental de los edificios (mediante diferentes certificaciones ambientales: BREEAM,LEED,WELL,) son elementos muy presentes hoy en todo proceso de diseño de las oficinas .

A continuación desarrollamos esta última tendencia, la eficiencia, proponiendo una estrategia para llegar al diseño, construcción y operación de oficinas “carbon neutral”..

MARCO ACTUAL

En el año 2015 se alcanza el acuerdo de París de la ONU, por el que fija el objetivo de limitar el calentamiento global del planeta, debido a las actividades humanas, a +1,5 ºC en este siglo XXI.

En el año 2019, la Unión Europea, siguiendo el acuerdo de París, firma el antes mencionado European Green Deal. Aunque estos dos últimos dos años de pandemia del Covid han puesto este objetivo en segundo plano, la voluntad de la UE es firme, y este compromiso se traducirá pronto en futuras normativas transversales orientadas a conseguir este objetivo:

  • Renewable energy directive: El 40% energía de UE deberá ser renovable en 2030
  • Energy efficiency directive: se duplicarán las obligaciones de ahorro energético actuales.

La aplicación de los fondos Next Generation tiene muy en cuenta, como es sabido, este objetivo de transformación energética. Y, por ejemplo, se pretende también que el sector público renueve anualmente el 3% de su porfolio inmobiliario hacia edificios “carbon neutral”, actuando como tractores de toda la industria de la construcción.

El reto es mayúsculo. Para ilustrarlo, basta ver algunos objetivos intermedios: pretendemos que en 2030 las emisiones de CO2 europeas sean el 45% de las que eran en 1990. En los primeros treinta años de este periodo (1990 – 2020), sólo hemos conseguido reducir nuestras emisiones un 25%. Nos quedan por lo tanto sólo diez años para reducir un 30% adicional.

Esta exigente estrategia europea se acabará transponiendo, más pronto que tarde, en diferentes normativas nacionales. Se trata entonces de plantear una hoja de ruta para, en el sector de las oficinas, alcanzar también este objetivo.

CARACTERIZACION ENERGÉTICA DE LOS EDIFICIOS DE OFICINAS

Los edificios de oficinas son, grandes consumidores de energía y, por lo tanto y en la medida que esta energía provenga en cierta medida de combustibles fósiles, generadores de CO2.

Conviene distinguir entre el concepto de “net zero energy building” y “carbon neutral building”:

Net Zero energy Building es aquel que mantiene un balance neto cero de energía (y por tanto de CO2) en la fase de operación del edificio. Dicho de otro modo, en un periodo que normalmente se fija en un año, el edificio “net zero” produce (mediante energía renovable) la misma cantidad de energía que consume en ese año.

Un edificio neutro en carbono es aquel que mantiene un balance neto cero de CO2 en todo el ciclo de vida del edificio: considerando el CO2 liberado en su construcción, operación y deconstrucción. Es evidente que este es un objetivo bastante más ambicioso que el de un edificio “net zero”.

Podemos caracterizar los consumos energéticos (o producción de CO2) en base a los siguientes parámetros:

  • En un edificio “standard”, el 66% del CO2 liberado lo sería en la fase de operación, y el 33% restante en las etapas de construcción y deconstrucción.
  • En la fase de operación de un edificio de oficinas, el consumo energético corresponde el 47% a la climatización , el 26% a la iluminación y el resto 27% a ordenadores, ascensores y otros

Los consumos medios de un edificio de oficinas son de 121 kwh/m2 año correspondiendo el 75% a consumo eléctrico y el 25% a térmico.

ESTRATEGIA A SEGUIR

Para avanzar en el camino hacia la oficina “carbon neutral” proponemos una estrategia ordenada en tres etapas:

  1. Optimizar la demanda: reducción máxima de la demanda energética del edificio.

Se trata de optimizar el diseño de la envolvente, de maximizar las estrategias de enfriamiento natural (“free cooling”) y de iluminación natural de espacios interiores.

  1. Optimizar el consumo: diseño de sistemas técnicos altamente eficientes para satisfacer esa demanda. Lograr reducir el consumo de energía primaria no renovable a 70kwh/m2 anuales.

Una vez optimizada la demanda energética debemos proyectar los diferentes sistemas buscando su máxima eficiencia, y esto afecta tanto a los equipos de producción de energía como a su distribución hasta los diferentes puntos de consumo, así como a la gestión del conjunto.

El conjunto de medidas que conviene adoptar es elevado, y su presentación excede los límites de este artículo, pero se pueden apuntar algunas estrategias generales:

  • Centrales de producción con múltiples equipos
  • Equipos de producción y de distribución de alta eficiencia energética
  • Desvinculacion de los activos del gas natural como fuente de calefacción en momentos del ciclo de vida .
  • Recuperación de calor en todos los niveles
  • Utilización de sistemas de acondicionamiento a baja temperatura, que permitan maximizar el uso de sistemas de recuperación de calor
  • Redes de distribución dimensionadas a bajas velocidades y presiones
  • Caudales de distribución variables
  • Ubicación de equipos de producción y ventilación próximos a los puntos de consumo
  • Confort ambiental ligado a la ocupación de los espacios
  • Sistemas de gestión anticipativos: Oficina smart
  1. Producción renovable: finalmente, se trata de generar la energía necesaria para el edificio de oficinas mediante fuentes renovables. Proporción de la energía renovable in situ ,así como de la energía renovable total (adquirida) en el consumo total de la los activos gestionados.

Aquí la energía fotovoltaica tiene lógicamente un papel principal, aunque en un edificio consumidor de mucha energía térmica conviene pensar en hace jugar también, por ejemplo, la biomasa, o el hidrógeno como futuro combustible.

Emilio González Gaya, Director de Desarrollo de Negocio, JG Ingenieros