Jaime Pire, Director General Bilfinger
HSG Facility Management S.A.
EXPERIENCIAS, DESEOS Y RESULTADOS PARA USUARIOS DE OFICINAS
Ciertamente, la tecnología nos hará vivir nuestro mundo de maneras que aun solo podemos imaginar, pero las tendencias de algunas industrias nos llevan a una conclusión definitiva: hay nuevas fuentes de valor hacia el cliente. Ah! y el cliente no es una marca o una denominación social, es un usuario humano. Usuario, que en cualquier caso tendrá, sobre todo, apetito de experiencias. Esas serán las fuentes de valor añadido.
¿Quiere decir que el valor aportado por la propiedad de un edificio, vendrá dado por la percepción de las experiencias de sus usuarios? Sin duda, al igual que en el resto de sectores B to C (de empresa a consumidor final). Este será parte del “Core Business” de las corporaciones inmobiliarias. Aportar valor a los usuarios incorporando experiencias, deseos y resultados innovadores en los lugares de trabajo.
Y los servicios como aporte de valor, ¿quedarán en un segundo plano, a modo de “comodity” gestionado por su Facility Manager y formarán parte de lo que se entiende que un edificio debe de tener por defecto? El facility manager junto con la propiedad tendrá que incorporar experiencias para satisfacer deseos; tanto en el plano del activo físico, como en el confort de los usuarios, así como en cuestiones de sostenibilidad e impacto en el entorno más cercano.
Ante este reto, el acompañarse de un facility manager de confianza y con la capacidad de proveer herramientas y tecnologías que aporten la transparencia y la fiabilidad de datos, eventualmente, es clave. Si definimos confianza como, Confianza = Verdad + Seguridad, debemos exigir la transparencia y la fiabilidad de todo lo que acontezca dentro de los edificios para ponerlo a disposición de los usuarios finales y que incluso se les dé opción de interactuar para mejorar el entorno de su comunidad. Por la parte de seguridad, no solo se refiere a la integridad física de los datos, sino a la sostenibilidad de la veracidad y la trazabilidad de los mismos. Si exploramos los diferentes servicios, ya existen nuevas formas de aporte de valor, y desde luego son una experiencia.
En los servicios de mantenimiento, hay dos novedades fundamentales, la primera es que el conocimiento y el “expertise” de los técnicos ya está en remoto. A través de las gafas de Google (u otras) el técnico estará viendo las indicaciones del experto en el equipo en tiempo real, grabándose en la orden de trabajo toda la actuación. Esto implica un cambio en el modo de percibir la formación técnica, tendiendo a la polivalencia y una trazabilidad total de los trabajos realizados. La segunda es el UBER (la polémica app de taxis) del mantenimiento que ya está en marcha a falta de salvar algún bache con la administración pública, pero está de camino.
Para los servicios realizados con personal, ya sean técnicos como limpieza o vigilancia, se tendrá trazabilidad total de recorridos e incidencias en los centros, dando lugar a nuevos modelos de reporte, que geo-posicionará los resultados tanto cualitativos como cuantitativos en los punto de ejecución en plano (BIM). El usuario tendrá la posibilidad de generar incidencias y valorar su ejecución, generando experiencias de pertenencia al edificio. No solo eso, a través de inteligencia artificial y siendo capaces de geo-posicionar a los usuarios, entenderemos la “usabilidad” del edificio y seremos capaces de generar patrones para anticiparnos a las circunstancias, tanto técnicas como de experiencia al usuario. Esto en centros comerciales, abre una nueva dimensión en soluciones de marketing.
Y qué decir de la importancia de la sostenibilidad. Los usuarios exigirán conocer su generación de CO2 para llegar al edificio y la propiedad, garantizará la compensación de todo el CO2 generado por todos los usuarios. Por supuesto en la app del edificio y en tiempo real. Y no solo premiando al que venga en bicicleta, sino que venir en bici se debe hacer aspiracional. Si la propiedad es capaz de esto, será una perita en dulce para los fondos inmobiliarios del futuro (presente), tengan o no certificaciones.
Toda esta información fidedigna, junto con los datos de operación inmobiliaria y los datos externos, proporcionará a la propiedad la posibilidad de poseer el ratio de riesgo inmobiliario del activo en tiempo real y así su valor y rentabilidad.
La veracidad, la transparencia y la trazabilidad de los datos son parte del activo inmobiliario que llevándolas a soluciones de dispositivos móviles, serán las fuentes de experiencia que aporten valor. Y las tecnologías ya están en el mercado.
Los tiempos sin duda son apasionantes hasta en el sector inmobiliario y del facility management, mis queridos proveedores de experiencias.