
Ayudar a diseñar un mundo mejor es uno de los grandes retos y, diría, obligaciones de la ingeniería hoy en día. Para poder afrontar este reto es necesario que el ingeniero sea capaz, por un lado, de entender y aplicar la tecnología más avanzada, y por otro, contar con una mirada más humana y un enfoque sostenible. Nuestra filosofía de trabajo debe guiarse por una visión de búsqueda de soluciones que sean asequibles, mejoren el bienestar y seguridad de la gente, beneficien a la sociedad, optimicen los recursos y sobre todo, sean inspiradores.
Vivimos un momento clave de transformación social: desafíos tan cruciales como la falta de empleo o la desigualdad, y nuevas realidades como el cambio climático no solo amenazan el bienestar, sino también la continuidad del mundo tal como lo conocemos.
Revertir o mejorar este contexto forma parte del compromiso que empresas, instituciones, gobiernos y ciudadanos particulares deben asumir. Porque así como los impactos globales repercuten a pequeña escala, las actuaciones locales también ayudan a mejorar el mundo.
El compromiso que deben asumir los ingenieros es el de liderar la búsqueda de soluciones a estos retos. Se necesita que los ingenieros sean, de hecho, más que simples ingenieros, aportando riqueza en sus pensamientos, siendo analítico pero a la vez imaginativo, explorando nuevas ideas y cuestionando las creencias populares.
La ingeniería tiene la capacidad de mejorar el funcionamiento de la sociedad mediante un enfoque holístico y la medición del impacto social de las propuestas a través de los diferentes grupos de interés. Nuestro impacto se percibe desde grandes planes de regeneración urbana, capaces de fortalecer la economía local; en proyectos de edificación de desarrollo cultural y comercial que aportan un impacto positivo a las comunidades implicadas; o incluso en la aplicación de la última tecnología de Fórmula 1 en edificios de oficinas, para mejorar el confort de los usuarios.
En una época marcada por el cambio hacia una economía basada en el conocimiento y la transformación de las relaciones laborales, nuestra visión como ingenieros también debe tener en cuenta la importancia del entorno laboral. Como ingenieros, analizamos la importancia del ámbito físico y la transformación de los espacios de trabajo para combinar instalaciones físicas y virtuales y crear un entorno más flexible capaz de fomentar la colaboración y ser adaptable al cambio.
Integrando la tecnología más avanzada en los proyectos creamos construcciones más respetuosas con el medioambiente. La aplicación de nuevos procesos de trabajo, en combinación con las últimas herramientas, permite visualizar el diseño y la construcción, simular el comportamiento ambiental y predecir las operaciones durante la vida útil de un edificio. Así incrementamos el valor sostenible de los proyectos para reducir costes y plazos, y proporcionamos un producto óptimo que contribuye al negocio de nuestros clientes, el bienestar de los usuarios y la resiliencia de nuestras ciudades.
El resultado final, sin embargo, solo puede alcanzar el éxito si el camino hacia ello cuenta con la plena colaboración de todos los agentes interesados: el cliente, usuarios finales, gestores, arquitectos, constructoras, administraciones, ingenieros, especialistas, consultores, etc. Todos estos agentes deben tener los mismos objetivos comunes para garantizar el éxito.
Como ingenieros estamos en una posición privilegiada para ayudar a conseguir el éxito. Debemos sentir una gran responsabilidad con la sociedad, el entorno, nuestros clientes y colaboradores; y debemos seguir apostando por las grandes ideas, llevándolas a cabo con ilusión y una mirada puesta en el bienestar común.
Mark Chown
Director de Arup Madrid